10 nov 2011

History will be made...


Con el permiso de la NHL, me tomo la libertad de utilizar el título de uno de sus anuncios más famosos de los últimos tiempos para abrir una nueva sección en el blog de “Goaliehockey”. En este caso vamos a intentar analizar porteros que hayan marcado o que estén marcando un antes y un después en la historia del hockey sobre hielo, tanto dentro como fuera de la NHL.
Aunque en este caso no haremos el análisis de los porteros de forma cronológica, sí que nos gustaría empezar por el mítico Georges “Chicoutimi Cucumber” Vezina.
Portero de cuna Canadiense (Chicoutimi, Quebéc, 21 de Enero de 1887), fue uno de los primeros en liderar una de las porterías más míticas de la Liga Nacional, la de los Montreal Canadiens, también estuvo al frente del primer “shutout” de la historia de la competición en la temporatada 1917-1918. Se denomina “shutout” al hecho de conseguir dejar a 0, es decir, sin que te metan ningún gol, a lo largo de un partido; es por ello que al final de cada temporada, junto al MVP (Most Value Player) y a la Stanley Cup (ese codiciado trofeo por todos los equipos de la NHL), se entrega el “Vezina Trophy”, el cual se otorga al portero que mejor temporada haya hecho a lo largo de una campaña. Por lo general se le suele entregar al guardameta que compita en el equipo campeón, aunque no en todos los casos sea así.

 
Este fue uno de los tantos legados que el legendario guardameta nos dejó, aunque no fuese él el quelo propusiera, sí que lo hicieron sus compañeros de equipo y los mismos propietarios de los Montreal Canadiens, los cuales, en el año 1926, donaron el mencionado trofeo a la NHL en honor al desaparecido portero. Siguiendo los pasos George Vezina, el primer año en el que estaba en juego el trofeo, fue el portero de los Canadiens, George Hainsworth, el que se encargase de levantar el valioso laurel por primera vez en la historia de la competición.

Siguiendo con la historia del portero “quebecuá”, recibió el mote de “Chicoutimi Cucumber” por pertenecer a la pequeña región del sur de Canadá, y por la tranquilidad y buen hacer que tenía en cada partido (deben ser costumbres canadienses, porque aun no entiendo muy bien qué tendrá que ver un pepino con estar tranquilo en un partido…).
Su vitrina personal empezó a completarse en el año 1916, cuando consiguió llevar al equipo a la primera final de la competición, volviéndolo hacer posteriormente en el año 1924. Además, consiguió llevar en otras tres ocasiones más al equipo a las finales de la NHL.
En todos los años que participó en la Liga consiguió batir alguna marca, ya fuese liderando el “roster” de porteros en minutos jugados, victorias conseguidas, o máximo de goles encajados por partido. De hecho, en la segunda Stanley Cup que consiguió, sumó el menor número de goles encajados, con un total de 1,81 de media por partido.
Debido a una grave enfermedad (la tuberculosis), tuvo que retirarse de las pistas de hielo en Noviembre de 1925, falleciendo poco más tarde, en Marzo de 1926.
Pero no por ello cayó en el olvido, todo lo contrario, ya que, además de dar nombre al trofeo más famoso que se entrega a los porteros de hockey hielo hoy en día, los habitantes de Chicoutimi, en Quebéc, tuvieron el detalle de llamar a su centro deportivo con el nombre del más famoso deportista de la región, pasándose a denominar “Centre Georges-Vézina”.
Además de este loable hecho, en el año 1945, fecha en la cual se instauró el famosísimo Hall Of Fame de la NHL (Salón de la fama), se abrió la lista de los jugadores que pasarían a engrosar el hoy histórico Salón con uno de los mayores hitos bajo los palos de la competición, Georges Vezina, siendo así uno de los “original 12” en la historia del prestigioso Hall of Fame.
Como se puede observar en la fotografía, y si se buscan más fotos sobre Vezina, se puede observar cómo han cambiado las costumbres de los porteros a lo largo de la historia. Aunque este es un tema del cual se encargan más las otras secciones del blog, se ve como Vezina apenas llevaba protección en el cuerpo, tan sólo las guardas y los guantes, de simple cuero, y casi inapreciables en comparación con las guardas, petos, pantalones y guantes de hoy en día. Y lo más importante, se jugaba sin máscara ni casco, lo cual, por desgracia, era causa de muchísimas lesiones cerebrales para los porteros de aquella época.
Así que con este post ha comenzado el análisis de los porteros de la NHL; obviamente no ha hecho más que empezar, ya que…history will be made!!!

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